domingo, 27 de mayo de 2012

Ensayo

Un ensayo es una colección de ideas cuyo objetivo es considerar, desarrollar y luego concluir sobre un tema en particular. De hecho etimológicamente viene del latín exagium, o pesar, y este es el tratamiento que se le da a su desarrollo.



¿Cómo hacer un ensayo? 

Primero, debemos comenzar por buscar un tema; si este es asignado por terceros, no hay problema, pero si debemos escoger un tema por nosotros mismos, podemos tomar algunas recomendaciones. Es siempre aconsejable el acotar la temática; por ejemplo es bueno un ensayo con el título de "La obra literaria de nn" o aún mejor "La influencia de la política en la obra de nn". Por otro lado "las obras literarias" sería un título demasiado amplio y general. De esta manera, podremos ser más específicos en cuanto al alcance de nuestro trabajo, y además dejaremos menos cabos sueltos. También de esta manera nos simplificamos el trabajo de investigación, y por otra parte podremos llegar a títulos atractivos y originales, dándole un valor agregado a nuestra obra.

El segundo paso para hacer nuestro ensayo, una vez que ya tenemos el tema a desarrollar, es la investigación o recopilación de antecedentes e información. En este punto todo sirve, como obras literarias, de críticos, noticias, artículos académicos y revistas especializadas. Se recomienda abarcar la mayor cantidad de información posible, para luego referirse a ella durante el desarrollo del ensayo. Un error recurrente, es citar a diversas fuentes y autores sólo para estar de acuerdo con todos estos contenidos; en un ensayo la honestidad y las ideas propias son de gran valor, por lo que el no estar de acuerdo con alguna idea entre la información recopilada es un planteamiento que se debe incluir.

Otra gran fuente de información que se utiliza para hacer un ensayo en la actualidad, es el Internet. Podemos utilizar los grandes buscadores como Google y Yahoo, más la información que podremos encontrar en redes internas de universidades, si tenemos acceso a ellas. Un punto muy importante al decidir utilizar la Internet como una fuente de información, es ser bastante crítico a la hora de considerar un sitio como candidato para servirnos de ayuda. Esto porque es común encontrar información errónea, publicada de manera intencional o accidental, ya que la red esta abierta a todos los que quieran expresar algo en ella. O sea, debemos primero recorrer el sitio y juzgar su credibilidad antes de utilizarlo como fuente.
Ahora que ya tenemos una idea de las diversas fuentes que utilizaremos, no debemos olvidar el tomar notas de manera crítica mientras leemos el material. Y por supuesto, para cada fuente que vamos decidiendo utilizar, es necesario también anotar la edición, el lugar y fecha de la publicación, junto con el autor, para nuestra bibliografía.

En nuestro tutorial acerca de cómo hacer un ensayo ya hemos avanzado al punto que tenemos el título, las fuentes de información, y además hemos tomado notas críticas de las fuentes utilizadas. El siguiente paso consiste en volver a revisar nuestras notas, para luego ordenarlas dándole un estructura a nuestro ensayo. Podemos agruparlas por la temática que abarcan, para tener una idea de la organización que tendrán los párrafos. En cuanto a los párrafos de nuestro ensayo, hay recomendaciones importantes. Se deben evitar los párrafos de una sola frase, ya que causan una mala impresión. La idea es presentar un tema con la primera frase, para luego desarrollarlo en el resto del párrafo. En el primer párrafo del trabajo, se debe expresar claramente el tema y objetivo del ensayo. Para tener una idea de cuan largo debe ser cada párrafo, se puede tomar como referencia un tercio del largo de la página, aunque por supuesto esto puede variar dependiendo de las necesidades particulares.

Al final del ensayo, debemos incluir, como mencionamos anteriormente, una lista de las fuentes utilizadas. Por ejemplo, podemos utilizar el siguiente formato: Autor, Obra, Publicación, fecha. Listo, ahora debemos llevar el ensayo a la computadora e imprimirlo. Algunas recomendaciones al respecto. Corregir la ortografía es una prioridad; faltas ortográficas y en la gramática causan una pésima impresión en el lector o examinador. Una de las tragedias más recurrentes en el mundo de los ensayos son los cortes de luz, que llevan a la pérdida de lo que hemos escrito y organizado. Por este motivo debemos ir grabando a medida que avancemos. Estéticamente, se recomienda el doble espaciado entre líneas y el uso de la indentación o tabulado para comenzar cada párrafo. La numeración de las hojas también es importante.

Finalmente, debemos presentar nuestro ensayo. En este respecto para causar una impresión óptima en el destinatario, se recomienda no corchetear las hojas, sino que utilizar una carpeta transparente que las sostenga a presión. Por lo demás son bastante económicas.

Como una recomendación final de este tutorial sobre cómo hacer un ensayo, debemos siempre pensar en el lector; por este motivo nuestro ensayo debe ser entretenido, bien escrito, correctamente presentado, y por que no, incluso provocador en sus planteamientos.

Fuente

letraslibres.com Recueprado el 26 de mayo de 2012 en http://www.letraslibres.com/revista/convivio/el-ensayo-ensayo

Reseña

Una reseña es una evaluación que puede ser crítica de una publicación, un producto o servicio, tales como una película, un videojuego, una composición musical, un libro; un equipo, como un automóvil, electrodoméstico o computadora; o un evento o representación, como un concierto, una exposición o una pieza teatral lo que sea . El autor puede asignar al objeto criticado una calificación para indicar su mérito relativo con el objeto de aproximar a los lectores hacia el objeto descrito. En su contenido debe reflejar la interpretación y evaluación crítica de quien la realiza, pero evitar sesgos de carácter personal.
En la literatura científica, una reseña consiste en un análisis de una o varias obras científicas y su relevancia en la investigación de un tema en determinado momento. Normalmente se trata de una revisión por pares o peer review, proceso por el cual los científicos evalúan el trabajo de sus colegas que han sido presentados para ser publicados en alguna editorial académica.

Características



  • Se organiza siguiendo una estructura argumentativa.
  • Comienza con la definición del objeto a tratar u opinión personal , continúa con la toma de posición (que se justifica ya sea contrastando con diversos argumentos o a través de opiniones personales), y cierra reafirmando la posición adoptada.
  • Es un escrito breve que intenta dar una visión panorámica y, a la vez, crítica, sobre algo.
  • Refleja la interpretación y evaluación crítica de quien la realiza.
  • Describe un tema, texto, suceso o evento y ofrece una opinión sobre su valor.
  • Extrae lo esencial del contenido.
  • Suele seguir el siguiente esquema: introducción, resumen expositivo, comentario crítico y conclusión.
  • Necesita un proceso de composición.

Ejemplo de reseña

Realidad o fantasía


Es difícil saber en que momento la historia empieza o termina de ser fantasía, es una historia, donde los contrastes colapsan, donde se pasa de lo hermoso a lo grotesco en una sola escena, donde la imaginación, y la realidad convergen en la mentalidad y en el concepto de la memoria humana. Un poco más, o menos de realismo, hubiera destruido por completo el concepto de esta película. “Allegro”, de Christian Boe (2005), es una película intrigante, que despierta la imaginación y explica de forma contundente, lo efectos de la búsqueda por la perfección.
La película narra la historia de Zetterstrom, un pianista, que llegó a ser casi humano en dos ocasiones de su vida. Alguien que en su búsqueda por la perfección abandonó su memoria cuando le fue necesario, alguien cuyo talento era lo único en su vida, quien de niño aprendió a ser perfecto, y de adulto olvidó a ser humano.
La historia inicia con Tom, un personaje más misterioso que conocido, alguien que funciona como enlace entre dos mundos, el mundo real, donde Zetterstrom es un pianista, y “La Zona”, lugar atrapado en un estado mágico, donde la realidad se abstrae en los recuerdos perdidos del pianista, lugar que comparte una ubicación física en la realidad de la historia, pero que es impenetrable para cualquier ser humano. Tom, nos narra los recuerdos perdidos de Zetterstrom, su infancia, sus deseos, y el amor que encontró y no supo ver.
A continuación, se muestra la vida actual de Zetterstrom en Nueva York, un excelente pianista, excéntrico, y solitario. Quien no recuerda nada de su vida de hace más de diez años, donde recibe una invitación para regresar a su pueblo natal, y recuperar su memoria, yendo a “La Zona”, invitación que rechaza y poco después, por curiosidad, o intriga, acepta. Lo que sucede en Dinamarca, país anfitrión de “La Zona”, es el desarrollo y conclusión de una misión por la búsqueda de la humanidad del pianista perfecto. Donde descubre lo que sintió, y olvida lo que aprendió, en una historia llena de misticismo, y misterio.
Esta historia, en conclusión, es una impresionante obra cinematográfica, que solventa la idea de la imperfección de la perfección, y de la utilidad de la memoria, recomendable para aquel que guste de películas abstractas y que buscan expresar una idea sobre cualquier otra cosa.

Eduardo Vela

Fuente

unam.mx Recuperado el 26 de mayo de 2012 en http://www.ejournal.unam.mx/rca/198/RCA19808.pdf

Curriculum VITAE

EL curriculum es el historial de la vida, el historial profesional del candidato y el primer contacto importante que se va a establecer entre éste y el empleador. Debe ser redactado pensando en las características exigidas para ocupar el puesto de trabajo al que se concurre, por lo que cada curriculum debe ser redactado a la medida, no siendo recomendable el envío de ejemplares confeccionados sin esta perspectiva. Ha de ser redactado en positivo, brevemente y bien estructurado, buscando transmitir la máxima información un espacio reducido, por lo que habrá que suprimir cualquier frase superficial y cualquier repetición.


Reglas para diseñar un buen curriculum:
  1. Sé breve, conciso y directo. Tu currículum no debe pasar de una o dos hojas, como máximo.
  2. Utiliza un papel de color blanco o de colores claros, en formato DinA4 y de calidad.
  3. Escribe con una fuente legible y con una presentación espaciada que facilite la lectura.
  4. No lo escribas a mano, a menos que así lo exija la empresa. Es preferible escrito en ordenador que mecanografiado.
  5. Evita los adornos y filigranas, y no abuses de los colores. El curriculum debe transmitir profesionalidad. Ayúdate de negritas y destacados para lograr una mayor claridad.
  6. Respeta los márgenes, deja espacio entre los párrafos y escribe por una sola cara del folio.
  7. Cuida el estilo y evita los errores de ortografía. Exprime al máximo tu riqueza verbal, utiliza sinónimos y evita las repeticiones excesivas.
  8. No conviene utilizar abreviaturas.
  9. Sé honesto. Muestra tus mejores habilidades, resalta lo que te conviene resaltar, tus logros, y maquilla los fracasos, pero nunca inventes.
  10. Sé positivo. No hay porqué explicar fracasos o suspensos. Vende lo mejor de ti mismo, pero de forma breve, concreta y sencilla.
  11. Recuerda que no hace falta incluir los documentos y títulos acreditativos, a no ser que lo soliciten.
  12. Envía siempre originales, nunca fotocopias.
  13. La fotografía que adjuntes ha de ser reciente y de tamaño carnet. Es preferible que sea de color.
Lo que debe contener

Como hemos visto, existen diferentes maneras de estructurar tu curriculum. Dependiendo de la forma que elijas deberás incluir unas secciones y no otras o destacar más unas habilidades a la vez que omites otras.
En esta guía, vamos a centrarnos en la organización cronológica del currículum que es, con diferencia, la más usual.
Por norma general, las secciones que un currículum completo debe contener son:
  • Datos personales: Nombre y apellidos, lugar y fecha de nacimiento, estado civil, dirección personal, número de teléfono de contacto, dirección de correo electrónico, etc.
  • Formación académica: Estudios que has realizado, indicando fechas, centro, y lugar donde han sido realizados.
  • Otros títulos: Estudios complementarios a los universitarios que mejoran tu formación y tus habilidades. Hay que indicar las fechas, el centro y el lugar donde fueron realizados.
  • Experiencia profesional: Experiencia laboral relacionada con los estudios universitarios o que puedan ser de interés para la empresa que desea contratarte. No olvides señalar las fechas, la empresa dónde trabajaste y las funciones y tareas llevadas a cabo.
  • Idiomas: En este apartado mencionarás los idiomas que conoces y tu nivel. Indica también si has obtenido algún título reconocido que acredite tus conocimientos.
  • Informática: Señala aquellos conocimientos informáticos que poseas: sistemas operativos, procesadores de texto, hojas de cálculo, bases de datos, diseño gráfico, internet, etc.
  • Otros datos de interés: En este último apartado señala todos aquellos aspectos que no han sido incluídos todavía, tales como: Carné de conducir, disponibilidad, etc.
Éste es un modelo estandar sobre el que se pueden realizar las modificaciones que se crean oportunas, ya que, si bien hay secciones que son invariables y deben aparecer siempre: datos personales, formación académica, experiencia laboral… hay otras que pueden variar. Son secciones que pueden aparecer como un área en si mismas o incluirse dentro de otras (idiomas, por ejemplo), dependiendo de la importancia que se le quiera dar a cada punto o a cada habilida en concreto.
Por ejemplo, en un trabajo en el que la informática sea fundamental, convendrá dedicarle un espacio propio, e incluso un orden preferente dentro del documento. Sin embargo, para trabajos que no lo requieran, podrá incluirse dentro de otros datos de interés.
Lo que se debe evitar
A la hora de redactar el currículum hay una serie de errores muy comunes en los que debes evitar caer si quieres que tu currículum tenga éxito. Conócelos y tenlos en cuenta.
  • No escribas el título “Currículum Vitae” en la parte superior, esta información ya se sabe. Es mucho mejor encabezar el currículum con tu nombre, en un cuerpo un poco más grande, y tus datos personales.
  • No te enrrolles. Defínete de forma clara, organizada y sintética. Demasiada explicación aburre a quien te tiene que contratar.
  • Evita habla de remuneraciones, objetivos económicos o sueldos en el currículum. Ya habrá tiempo para eso.
  • No es necesario explicar al detalle las razones del desempleo o del fin de un contrato. Si le interesa a la empresa, lo preguntará en la entrevista.
  • Es preferible que no dejes entrever ninguna militancia política, sindical o religiosa. No conoces a quien va a leer tu currículum y como podría influirle eso.
  • Usa un vocabulario estándar, sin palabras técnicas, pedantes ni rebuscadas, pero sin caer en el lenguaje coloquial.
  • No es necesario adjuntar las referencias en el currículum, salvo si la empresa lo solicita expresamente. Tampoco hace falta el expediente académico.
  • Si has redactado un currículum cronológico, procura no dejar espacios de tiempo en blanco.Estas interrupciones pueden hacer pensar mal al entrevistador y crearle una mala imagen de ti, aunque no corresponda con la realidad. En caso de que tengas huecos considerables, es mejor optar por el currículum funcional.
  • No indiques todos los seminarios o cursos a los que has asistido. El espacio del currículum es muy limitado así que haz una selección e indica sólo los más significativos.
  • No incluyas tus aficiones salvo que éstas tengan una relación muy directa con el puesto de trabajo.
  • No mientas. Aunque esto no quiere decir que tengas que decir toda la verdad. “Véndete” lo mejor posible.
En el siguiente enlace se pueden encontrar diferentes  Platillas para curriculum

Fuente

modelocurriculum.com Recuperado el 26 de mayo de 2012 en http://www.modelocurriculum.net/modelos-y-plantillas-de-curriculum-vitae

Aparato crítico

El aparato crítico de un trabajo de investigación se refiere al conjunto de citas, referencias y notas aclaratorias que es preciso incluir para dar cuenta de los aportes bibliográficos sobre los que el mismo se apoya. Como es bien sabido, el pensamiento científico se desarrolla mediante una labor continuada, en la que los nuevos conocimientos tienen como punto de partida el saber ya acumulado en de   una disciplina. En este sentido se considera a todo autor de un escrito como un continuador de ideas de quienes le han precedido, ya sea para avanzar en la corriente de pensamiento original o en su defecto para señalar observaciones que sirven como punto de partida para ejercer la crítica con la que se va construyendo un nuevo saber o una nueva interpretación de los datos. Un investigador consolidado invariablemente fundamenta sus hallazgos científicos con base un sólido marco teórico conceptual, en el cual elabora una revisión de los conceptos o ideas principales que otros teóricos han aportado a su campo de trabajo. Es por ello que resulta indispensable hacer explícitas las conexiones epistemológicas que son el hilo conductor entre los antecedentes de un estudio y las aportaciones originales que dan fundamento a las nuevas ideas. Con el aparato crítico se da crédito y cuenta explícita de donde provienen los antecedentes y se describen claramente en qué consisten las convergencias o divergencias de ideas más significativas con autores precedentes que han trabajado sobre el tema.

Fuente

unam.mx Recueprado el 26 de mayo de 2012  en http://portalacademico.cch.unam.mx/alumno/recursos/aparatocritico

Carta de exposición de motivos

Cuando queremos realizar estudios, especializaciones, viajes o otras actividades en que necesitan saber el por qué nos interesa acudir a ese lugar o institución, realizaremos unacarta de exposición de motivos.

Esa carta en más bien un breve ensayo, en el que podemos expresar nuestras motivaciones, tomando como base una serie de preguntas que nos hacen o nos proporcionan; o bien, exponiendo de manera libre nuestras motivaciones.

Según la institución, nos pueden solicitar cierta extensión límite de nuestra exposición de motivos



Ejemplos de carta de exposición de motivos:



Ejemplo 1

¿Por qué estudiar la Maestría en Literatura Mexicana?

Vuelvo una y otra vez sobre la pregunta antes de escribir siquiera una línea. Me recuerda los cuestionamientos que recibía cuando adolescente y pensaba que todo llegaría rápido y a la medida de mis expectativa. “¿Letras?” “¿Quieres estudiar Letras?” “¿Qué es eso?” “¡Te vas a morir de hambre!” Eran las voces de quienes, más prácticos, se veían a futuro como grandes empresarios trilingües o contadores o abogados o, el más osado de los casos, actores o cantantes. ¡Y vaya que el panorama no era nada halagüeño, sobre todo, para los últimos! En fin... tuve tiempo, entonces, para reflexionar sobre mi apego a la literatura, a aquello que no sólo significaba leer un libro porque tuviera deseos de hacerlo, sino a encontrar en él historia, senderos, atmósferas que me parecía inverosímil concebir en la más palpable de las realidades, aunque pensaba que toda esa fabulación partía de intuiciones acerca de lo posible (incluso la ciencia-ficción, cuando lo era).
     Durante años, tuve la oportunidad de combinar mi trabajo en la radio universitaria con la organización de talleres de lectura, teatro y foros de discusión sobre temas de interés para niños y jóvenes. De ahí surgieron concursos de cuentos, congresos infantiles, nuevos programas de radio y mi gusto por la docencia en el campo de las Humanidades, especialmente en el de las Letras. Cierto que idealicé la Carrera. Por fortuna lo hice. Llegué a contracorriente, luego de mil trastabilleos, a la Facultad de Letras Españolas y me dediqué a estudiar; a intentar escribir, a buscar en las obras que caían en mis manos, allende el gusto, formas de explicar por qué habían anegado la imaginación de tantos; por qué vías la cadena de deudas literarias continuaba; cuáles eran las claves de uno u otro autor para gestar y dar a luz el asombre. Al contacto con la disciplina, con la tradición, la teoría y la crítica literarias descubrí que muchos de los textos antes leídos albergaban imbricaciones que requerían de nuevos acercamientos y, también, aunque me costó reconocerlo, que la mayor parte de los textos escritos y guardados por mí no eran sino esbozos ingenuos de mis lecturas, o inquietudes por recrear con mil y un matices anécdotas e imágenes vitales, cotidianas. No obstante, logré algunos ensayos afortunados sobre autores y obras que me apasionan, sin que por ellos dejara de cuestionarme sobre las afirmaciones y las palabras vertidas: la tan temida sobre interpretación, qué más.
    Hoy me hallo, pues, ante la interrogante: ¿por qué estudiar la Maestría en Literatura Mexicana? Y la primera razón, quizás la más coherente, es la que no podía expresar de otra manera que diciendo, llanamente: porque quiero continuar por la misma ruta. Quiero explorar con nuevos ojos a los autores que hasta hoy han formado parte de un panorama general, con grandes vacíos en mi conocimiento sobre sus propuestas narrativas. También porque, más allá del entusiasmo o de la llamada vocación, hasta este punto me han traído mis lecturas. Lecturas parciales, ciertamente, que exigen de mi parte mayor interés y rigor teórico. No me refiero, por supuesto, a la obra de autores canónicos, como Borges o Cortázar; Neruda o Vallejo; Sábato o García Márquez; Faulkner o Dostoievski  o Zola: cierto que la empresa sería titánica por cado uno de ellos. Hablo de literatura fraguada en este país por plumas distintas a la de Paz y José Agustín, por mencionar algunos, cuya producción literaria ha dado pauta para la escritura de nuevos narradores que aún no atrapan por completo la atención de los críticos e investigadores, aunque su obra esté dando muestras e abrevar, también, de nuevos caudales. Me interesan, pues, la crítica y la investigación literarias.
      Por el mismo rumbo se encamina mi interés por la docencia. Hasta hoy, en las aulas universitarias –“frente a grupo”– no han extrañado esencialmente mi formación en el área de literatura: espero que alguna vez suceda. Sé que en la Maestría encontraré no sólo herramientas útiles para el análisis e interpretación de textos, sino la disciplina indispensable para la investigación literaria. Sé también que el compromiso es enorme, sin duda, y me emociona. Me emociona pensar en lo que viene, más allá de los desvelos y de que, como bien me lo decían, en la época de mayor desdén hacia las Humanidades, la de Letras no es una profesión para hacerse millonario, ni en adeptos. Sigo pensando, sin embargo, como años atrás, que la literatura da para vivir; es lo importante. En suma: quiero estudiar la Maestría en Literatura Mexicana.


Nombre del aspirante



Ejemplo 2

¿Por qué estudiar en Québec?

“El éxito no es resultado de la casualidad sino de un esfuerzo constante.”


Gracias a la visión de que mis padres tuvieron respecto de mi formación escolar es que me inicio desde hace 14 años en el aprendizaje formal del idioma francés, lengua fascinante cuyo conocimiento me posibilitó, poco a poco, albergar la ilusión de poder acceder, en un mediano plazo, hacia nuevas experiencias académicas fuera de mi país de origen. Entre los posibles lugares para desarrollar dichas experiencias aparecía Québec, pero no fue sino hasta mi ingreso a la Universidad Veracruzana cuando vislumbro un sólido proyecto para hacer realidad esa idea, a través de los programas de movilidad estudiantil que maneja la Escuela para Estudiantes Extranjeros. Enterarme de ello ha acrecentado mi esperanza por poner en práctica lo aprendido de la lengua francesa, pero relacionarlo, a la vez, de manera directa con mi formación universitaria, en el área de conocimiento de la Informática.

Pero... porqué Québec? Pues es muy simple: día con día me levanto con la inquebrantable  convicción  de esforzarme por superar lo hecho el día anterior fijándome metas cada vez más altas y, a mi parecer, Québec es un estupenda oportunidad de superación que me ayudará a aumentar las posibilidades de desarrollo en el ámbito profesional y abrirme paso en el difícil mundo del mercado laboral,  dado el valor y peso curricular que representa el complementar mi formación en una universidad del extranjero.

Otro aspecto importante, inmediato al académico, tiene que ver con  la riqueza y diversidad de la cultura canadiense: la aventura de conocer  sus diversas costumbres y tradiciones, así como su historia e identidad, es de suma relevancia, lo cual contribuirá de manera significativa a adquirir una vasta formación y a ampliar mi visión de mundo: ver a mi país y a mi Universidad desde una perspectiva totalmente distinta, lo que sin lugar a dudas cambiará mi vida personal y académica de manera provechosa.

Estos tres aspectos, conocimiento del idioma, inserción en un programa académico continuo y compatible con mi formación en Informática y apertura cultural, son los que en conjunto forman mi gran sueño; sueño que considero puedo hacer realidad pues siempre he tomado los estudios con una actitud de responsabilidad, dedicación y constancia. Asimismo, considero que el hombre está hecho de sueños e ilusiones, y que a grandes hombres grandes sueños.


Nombre del aspirante



Ejemplo 3

Cerrar un círculo

De manera inevitable, uno no puede dejar de volver la vista y ver su trayectoria de vida. En ella van apareciendo, uno a uno, los logros obtenidos en los ámbitos personal, social, profesional. Un cúmulo de recuerdos y sensaciones transformados en familia, amigos y cientos de hojas que hablan sobre un quehacer cotidiano producto del ejercicio docente. Sin embargo, también surgen los vacíos, aquellos proyectos postergados que parecen olvidarse pero que de manera silenciosa van dejando en nosotros cierta insatisfacción. Sí, desde hace ya varios años he tenido el propósito de continuar realizando estudios de posgrado pero, irónicamente, otros proyectos académicos me lo han impedido.
     Mi trayectoria docente la inicio desde que estudio el último semestre de la carrera de Letras Españolas, cuando me dan la oportunidad de impartir un curso de gramática en la Escuela para estudiantes extranjeros. Más tarde, al egresar, me desempeño como maestra  por horas – año y medio–, y por circunstancias de la vida me dan un contrato de técnico académico en Radio Universidad Veracruzana. Allí permanezco casi tres años elaborando guiones para diversos programas. Luego paso a formar parte del equipo de correctores de la Editorial, en donde trabajo por dieciséis años. En este lapso imparto cursos de redacción en algunas escuelas particulares y en dependencias de gobierno, actividad que intento mantener, pues la docencia siempre ha representado para mí un grato ejercicio.
           Combinando tareas de corrección, docencia y gestión escolar continúo mi formación profesional –especialidad, un curso en el extranjero y maestría– y al cabo de veinticuatro años logro ganar una contratación de tiempo completo en la Facultad de Ciencias Administrativas y Sociales (FCAS). No obstante, estos cambios de adscripción van haciendo que mi anhelo por estudiar un doctorado se vaya dejando para otro momento. Esto me sucede, específicamente, cuando paso de correctora en la Editorial a asistente de la Maestría en Literatura Mexicana en el Instituto de Investigaciones Lingüístico-Literarias UV (1999), pues a mi llegada a esta institución me encuentro con que el posgrado ha dejado de pertenecer al Padrón de excelencia del Conacyt. Ante esto, el coordinador, maestro Mario Muñoz y yo hacemos el compromiso de trabajar arduamente para lograr la reincorporación de la maestría a dicho padrón. En 2002, con un equipo bien consolidado se cumple la meta, pero ello coincide con mi cambio de adscripción a FCAS (2002). Un nuevo cambio significa que deberé desempeñarme dos años para cubrir los requisitos de las plazas Promep.
           Sin cejar en mi intento por estudiar un posgrado, en 2005 me inscribo en un doctorado de Comunicación, pero no se abre por falta de aspirantes. De vuelta la decepción. Sé que debo hacer algo, informarme, consultar opciones, analizar posibilidades, pues el tiempo vuela. Sí, con todo lo que ello implica.
         Ahora me entero de la apertura de este doctorado en Educación con énfasis en mediación pedagógica que nuestra universidad y la Universidad La Salle de San José Costa Rica están llevando a cabo: vislumbro la gran oportunidad.
           Pero, por qué mi interés de cursar un doctorado en educación. Creo que puedo, al menos, mencionar cinco razones:
          La primera es de carácter muy personal: por satisfacer un anhelo de superación. Es un deseo de demostrarme a mí misma que aún puedo lograr esa meta, que tengo la capacidad física e intelectual de consolidar ese quehacer académico.
         La segunda aúna el poder satisfacer una necesidad de conocimiento, pero sobre todo la sensación de no saber nada y saberlo todo, es decir, poder constatar que todo lo aprendido por experiencia tiene un trasfondo teórico que aún desconozco, que la construcción del conocimiento sigue y yo estoy ajena a ella. Siento que necesito actualizarme de manera organizada y metódica para regresar al punto de encuentro con la sencillez de la práctica docente. Sencillez aparente que ha permitido y sigue permitiendo la exploración a fondo de un espacio áulico: alumno, maestro, saberes, estrategias, instrumentos, métodos, prácticas, evaluación, autoridad, dirección, sensibilidad, disposición, entrega, compromiso, obligación, calidad, rigor intelectual, eficiencia, interés, planificación, convivencia.
        La tercera deriva de un compromiso hacia mi casa de estudios. Considero que la formación docente debe revertirse en ella. La Universidad Veracruzana requiere de docentes que impartan educación de calidad. En el discurso universitario se alude a la  excelencia, a un nivel óptimo que garantice la adecuada formación de profesionistas; sin embargo, en mi quehacer diario constato otra realidad. Mi desempeño como jefa de departamento me ha permitido estar en contacto con una práctica docente tradicional, rutinaria, con la convivencia con maestros cuyo proyecto académico sigue siendo individual y poco colaborativo. Considero que el acceder a nuevos enfoques interdisciplinarios deviene de una exigencia personal e institucional, pero primero es necesario entender qué es un maestro y una profesión docente de calidad para promover un cambio de actitud en él, e ir dando pie a una nueva cultura respecto de su quehacer.
          La cuarta está muy ligada a la anterior, pero en un ámbito más amplio, y refiere al compromiso social que tiene la institución universitaria con la sociedad. Es necesario generar otro tipo de docentes, reestructurar la formación del profesorado y su práctica en el aula; hacerlos sensibles a la transformación de un todo. Generar una cultura de compromiso con el aprendizaje del alumno. Esto sólo puede lograrse con un estudio permanente y sistemático que incluya conocimientos, valores y desarrollo de competencias específicas.
       La última, porque considero que mi trayectoria académica ha ido consolidándose de manera gradual y constante. En todo momento he respondido con seriedad y compromiso a los proyectos académicos que he elegido. Este doctorado cerraría un círculo que empecé hace muchos años y que resumiría mi disposición hacia la búsqueda constante de conocimientos.
      Reflexionar sobre nuestro hacer nos conduce a detenernos, a analizar lo complejo de la identidad del docente, y esa acción nos permite asumir la práctica con otra postura, tal vez en ello se vislumbre el cambio hacia una mejor educación, tal vez en ello radique el poderla trasmitir con certeza, seguridad, calidez  y calidad.


Nombre del aspirante


FUENTE

udg.com Recuperado el 26 de mayo de 2012 en http://www.cgci.udg.mx/archivos/Carta_exposicion_de_motivos.pdf


Vicios del lenguaje


Al abordar el estudio sistemático de la comunicación verbal es importante adentrarnos, no sólo en aquellos rubros que han de enriquecer nuestro acervo lingüístico, como el aprendizaje de nuevo y mejor vocabulario, el conocimiento de las figuras retóricas o las diferencias dialectales que se conforman alrededor de las lenguas, sino identificar los escollos que, en el mismo lenguaje, entorpecen, cuando no imposibilitan, el intercambio de experiencias. Nos referimos a los vicios del lenguaje, es decir, los factores que alteran el flujo normal de la experiencia comunicativa verbal. Entre los más frecuentes del lenguaje se cuentan los siguientes:

Ambigüedad o Anfibología: doble sentido propiciado por una redacción imprecisa, que se presta a más de una interpretación:

·         Vendo calcetines para caballeros de lana.
·         Acabo de conseguir un ventilador eléctrico de bolsillo.
·         Apenas me voy a lavar.
·         Vino el perro de tu hermano.
·         Se solicita muchacha para antojitos en la noche.

Arcaísmo: palabra o frase que ha caído en desuso tanto en el habla como en la escritura cotidiana de una localidad, región o de un país determinado, aunque excepcionalmente puede hallarse en la jerga lingüística de algunas profesiones:

·         Desfacer entuertos (resolver problemas).
·         Foja (hoja).
·         Currículum (Currículo/s; sólo se admite currículum en currículum vitae).

Neologismo: Uso frecuente de vocablos, acepciones o giros nuevos:

·         Dobleclicklear
·         Deletear
·         Chatear
·         Escanear

Barbarismo: pronunciación o escritura inadecuada de las palabras:

·         Poner los puntos sobre las is (sobre las íes).
·         ¿Aprobastes el examen?
·         Compramos las herramientas en base a… (con base en...)
·         Expuso sus argumentos en relación a... (en relación con...)
·         Me avisa cuando váyamos a salir (vayamos).
·         No le satisfacerá lo que dices (satisfará).

También se llama barbarismos a los extranjerismos, es decir, palabras de otras lenguas que sustituyen a las existentes en español con sentido completo:

·         Show (espectáculo).
·         Amateur (aficionado).
·         Best-seller (éxito de venta).
·         Bungalow (casa de campo).

Cacofonía: disonancia que resulta de la repetición de sílabas o letras:

·         Juana nadaba sola.
·         Atroz zozobra.
·         Su visión genial fue puntual para la obra colosal que hoy tiene alcance universal.
·         Así ha sido promovido el consabido descuido de quienes han tenido en el olvido esa responsabilidad.
·         Con conocimiento de causa, comunicó a colegas sus correcciones.

Hiato: cacofonía provocada por el encuentro de vocales, especialmente perceptible en ciertas combinaciones de a, e, o:

·         De este a oeste.
·         Iba a Alcalá.

Idiotismo: construcción o expresión peculiar, contra las reglas de la gramática, pero que responde a determinados contextos:

  • Alcanzabilidad (alcanzable)
  • Controlabilidad (control)
  • Observabilidad (observable)

Impropiedad: empleo de palabras cuyo sentido no corresponde al contexto en el que se utilizan:


  • Es un ejecutivo agresivo (audaz).
  • Examinar el tema con profundidad (con atención /detenimiento).
  • Juan ostenta el cargo de alcalde (desempeña / ejerce)
  • El sindicato no varió su posicionamiento (posición).
  • El coche era bien grande. (muy grande).

Pleonasmo: empleo de palabras innecesarias, que remiten a las características

  • Tubo hueco por dentro (tubo).
  • Persona humana (persona).
  • Volar por el aire (volar).
  • Lo vi con mis propios ojos (lo vi).
  • Muy óptimo (óptimo).
  • Muy idóneo (idóneo).
  • Salir afuera (salir).
  • Subir (subir).

Redundancia: repetición o uso excesivo de una palabra o concepto:

  • A mí, personalmente, me parece que... (Me parece que...)
  • Suele venir a menudo (suele venir)
  • Grosso modo y a grandes rasgos... (grosso modo).
  • Te quiero, mas, pero sin embargo... (te quiero, mas.../te quiero, pero.../te quiero, sin embargo...) de lo referido:
  • Otra vez volvió a regresar (otra vez volvió / otra vez regresó).

Solecismo: falta de sintaxis; error cometido contra la exactitud o pureza de un idioma:

  • Lo llevé un regalo (le llevé...).
  • Contra más me lo dices, más me olvido (Cuanto más lo dices...).
  • Ha habido muchas gentes (ha habido muchas personas).
  • Ayer no hubieron clases (no hubo clases).
  • Le vi de lejos (lo vi).
  • Presente también su carta de antecedentes penales  (antecedentes no penales).
  • Pintura acrílica sobre tela y pastel (pintura acrílica y pastel sobre tela).

Falta de concordancia:
  • La pareja de ladrones tomaron el taxi (la pareja... tomó).
  • Podrían haber muchas más diferencias (podría).
  • El 30% de los encuestados opinan que… (el 30%... opina que...)
  • El museo y biblioteca municipal cerró (cerraron).
  • Gran parte de los socios votaron en contra (gran parte... votó).

Queísmo: uso excesivo de “que” como palabra de enlace:

  • Te digo que el auto que me compré es el que quería que me regalara el tío que vive en Toluca.
  • Qué coincidencia que vinieras hoy que platicamos con Carla, la vecina que se casó con el joven que llegó al pueblo hace un mes.
  • Dejé las peinetas que adquirí en la tienda que estuvimos antes y que te encantó.

Aqueísmo: omisión inadecuada de “que” como palabra de enlace:

  • Espero me visites pronto (¿Qué espero? Que me...)
  • Deseaba cumplieras tus sueños desde niño ¿Qué deseaba? Que cumplieras...).
  • El contador le pidió rindiera cuentas sin demora (¿Qué le pidió el contador? Que rindiera...).

Dequeísmo: uso innecesario de la preposición “de” como palabra de enlace:

  • Dijo de que se iba (¿Qué dijo? Dijo que...).
  • Contestó de que estaba enfermo (¿Qué contestó? Contestó que...).
  • Creo de que no está bien (Qué creo? Creo que...).

Adequeísmo: omisión inadecuada de la preposición “de” como palabra de enlace:

  • Estoy seguro que vendrá (¿De qué estoy seguro? De que vendrá).
  • Me acuerdo que me cuidaba con amor (¿De qué me acuerdo? De que me...).
  • No te olvides que debes pasear al perro (¿No te olvides de qué? De que debes...).


EL GERUNDIO

Los gerundios sólo plantean dos grandes problemas: la práctica común de recurrir a ellos excesivamente, y tres usos incorrectos que son fácilmente identificables y,  aún más, corregibles. El exceso, a su vez, se enmienda al tener conciencia del problema y, luego, voluntad para limitar aun el uso de aquellos gerundios que, estando bien empleados, restan expresividad al discurso.
Veamos, pues, cómo puede emplearse bien el gerundio; también será conveniente que advirtamos aquellas circunstancias en que suele usarse mal. No hay por qué tenerle miedo ni evitarlo. Se repite en los libros de redacción, que cuando uno duda sobre tal o cual uso (sobre todo del gerundio), debería abstenerse. Uno, como escritor y como ser pensante, habría de afirmar lo contrario: si hay duda, sería mejor resolverla, aunque esto signifique dedicar 10 o 15 minutos al problema.

Usos y abusos del gerundio:

La gran mayoría de los usos del gerundio no plantea mayores problemas al redactor. Sólo hace falta clasificarlos y comprender cómo funcionan.

Con el verbo estar:

Muchas veces el gerundio se encuentra en compañía del verbo  estar, el cual  rige o controla la acción del gerundio:

  • Jorge está preparando la cena.
  • Isabel estuvo toda la noche escribiendo.
  • Los perros están cavando un hoyo debajo de la cerca.

La diferencia entre estas oraciones con gerundio y las mismas sin gerundio radica en la naturaleza de la acción. Si dijéramos que Jorge prepara la cena, se trataría de una sentencia a secas. Al usar el gerundio, damos a entender que en este momento Jorge está enfrascado en los menesteres de la preparación de la cena. En cuanto al segundo ejemplo, si redactáramos Toda la noche Isabel escribió,  tendríamos otra sentencia: durante toda la noche, Isabel escribió. El gerundio, sin embargo, nos da una idea más palpable de la escritura, pues expresa mejor una acción que dura el tiempo fijado  por el verbo principal (estuvo, en este caso). No expresan lo mismo, y el redactor no debería aceptar que le quiten esta clase de gerundios con el pretexto de que son  incorrectos (no lo son) o de que se dice mejor sin gerundio (esto puede discutirse). Aquí el escritor tiene la responsabilidad de meditar en cómo se transforma la naturaleza de una oración al emplear en ella un gerundio con el verbo estar. Muchas veces, es cierto, resulta mejor no usar el gerundio; el verbo conjugado tiene mucha fuerza. El gerundio, por otra parte, ayuda a trasmitir la sensación de una acción que  dura, que no es instantánea ni describe una costumbre.

Ejercicio

Lea cuidadosamente estas oraciones y reflexione sobre las diferencias de matiz verbal que encierran.

Me estaba llamando.
Te estaremos buscando.
¿Me estás amenazando?
Ayer estuvieron filmando.

Me llamaba.
Te buscaremos.
¿Me amenazas?
Ayer filmaron.



Coordinado con otros verbos y como adverbio:

El gerundio también puede coordinarse con otros verbos. En estos casos, casi siempre indica simultaneidad.  Dicho de otra manera, la acción expresada por el gerundio se lleva a cabo al mismo tiempo que la acción del verbo conjugado que lo rige.

  • Martín entró balbuciendo maldiciones.
  • Guillermo, riéndose, amonestaba a sus alumnos.
  • El capataz se levantó, chorreando sangre por todas partes.

Debe entenderse, además, que el sujeto del verbo conjugado -en estos casos el sujeto, pero el verbo también podría formar parte de una oración subordinada- es el que controla todo: tanto al verbo conjugado como al gerundio. En otras palabras: es Martín quien entró mientras balbucía maldiciones; es Guillermo quien amonestaba a sus alumnos mientras se reía; es el capataz el hombre que se levantó mientras le salían chorros de sangre por todas partes. Entendido así, el gerundio se emplea como un adverbio: modifica al verbo principal. Se hace hincapié en esto porque el gerundio no se comporta así siempre.
  
La acción del gerundio puede ser inmediatamente anterior a la acción del verbo principal, aunque esto se da con menos frecuencia:

  • Abriendo la caja fuerte, Teo sacó un sobre y  se lo pasó a Helena.
  • Haciendo de tripas corazón, logró vencer su miedo.
  • Parándose de súbito en medio de todos, se cayó al suelo.

En estos ejemplos se ve que Teo primero abrió a la caja fuerte y después sacó el sobre; el deportista, antes que nada, hizo de tripas corazón para posteriormente lograr vencer su miedo; el sujeto de la tercera oración primero se levantó súbitamente, y sólo después se desplomó.
Las gramáticas tradicionales también consignan la posibilidad de que la acción del gerundio sea inmediatamente posterior a la acción principal, pero eso no está tan claro. El Esbozo..., por ejemplo, ofrece la siguiente oración como modelo de casos de esta naturaleza: "Salió de la estancia dando un fuerte portazo." Puede argumentarse que –efectivamente- primero salió y luego dio el portazo; mas también puede entenderse que la salida y el portazo fueron  simultáneos; Todo depende de qué entendamos por el término "salida". El problema con proponer la posibilidad de usar un gerundio cuya acción es inmediatamente posterior a la acción del verbo principal radica en los frecuentes abusos que se cometen en nombre de esta regla que, a la postre, es debatible.



El primer error garrafal: el gerundio que indica consecuencia o afecto

El problema, sin embargo, no es grave. Si recordamos que el gerundio se relaciona íntimamente con el verbo conjugado que lo rige, podemos deducir  que su función está lejos de denotar una consecuencia o efecto  de ese verbo: está casado con él y punto. Con ello en mente resulta fácil entender por qué tantos periodistas, burócratas, políticos, sociólogos y -sobre todo- abogados lingüísticamente mal preparados, caen en el  abismo del gerundio equivocado: nadie les dijo que la acción del gerundio no puede denotar consecuencia o efecto de la acción del verbo principal, aun aceptando que puede ser inmediatamente posterior en relación con él, proposición que tal vez no debiera aceptarse sino con muchas reservas.

Veamos algunos ejemplos de esta clase de error tan común:

  • Cayó el avión, muriéndose 103 personas.
  • Se firmó el acuerdo, quedando todos contentos.
  • La pentatleta se tropezó, rompiéndose la pierna izquierda.
  • El tragón se comió un cerdo entero, infartándose minutos después.
  • Se abrogó la ley, quedando en libertad los presos.

El lector seguramente reconocerá esta clase de construcciones, pues aparecen sin piedad todos los días en nuestros periódicos y revistas. Ya sabe por qué los gerundios están mal empleados aquí: desean indicar consecuencia o efecto de la acción del verbo principal, para lo cual no fueron diseñados dentro de la evolución del idioma. Éste constituye el primer gran error al emplear el gerundio.
Es en extremo sencilla la corrección de estas oraciones; sólo hay que emplear un segundo verbo conjugado y replantearlas donde se estime necesario:

  • Cayó el avión y en el percance murieron 103 personas.
  • Todos quedaron contentos cuando se firmó el acuerdo.
  • La pentatleta se tropezó y la caída le produjo una fractura en la pierna izquierda.
  • El tragón se comió un cerdo entero y se infarto minutos después.
  • Se abrogó la ley e inmediatamente quedaron en libertad los presos.


Ejercicio:

Revise algunos periódicos y revistas con el fin de localizar este uso indebido del gerundio. Puede aprovechar la tarea para señalar también puntuación mal empleada. Corrija los errores de los periodistas, mejorando la redacción en todos los casos.

Dentro de frases que se refieren al sujeto

Podemos emplear el gerundio en frases que se refieren al sujeto. Son muy comunes y perfectamente lícitos:

  • Investigando en la hemeroteca, me topé con este libro.
  • Temblando de miedo, la niña me preguntó si conocía a su mamá.
  • El Director General, sonriendo estúpidamente, aceptó mi renuncia.
Este uso del gerundio no contradice el de la simultaneidad (o anterioridad), sino que lo amplía expresamente para incluir frases y no sólo gerundios sueltos. De hecho, ya ofrecimos algunos ejemplos con este sentido (chorreando sangre por todas partes, haciendo de tripas corazón, etcétera).         
También se introduce este uso del gerundio para  contrastarlo con el que sigue:

Dentro de frases que se refieren al complemento directo

Puede afirmarse que en condiciones normales no se emplea el gerundio referido al complemento directo. No diríamos, por ejemplo, Abandonaron la ciudad consumiéndose en llamas, sino Abandonaron la ciudad, la cual se consumía en llamas. No se diría: Derribaron el avión estallándose en mil pedazos, sino Derribaron el avión, el cual estalló en mil pedazos. (Abajo, diremos más acerca de este problema.)
No obstante, sí hay casos concretos en que podremos usar, sin miedo, gerundios referidos a complementos directos. Éstos sólo pueden llevar gerundio si el verbo que los rige indica percepción sensible o intelectual.  Son éstos los verbos que suelen cumplir con la condición anterior: ve, percibir, oír, sentir, notar, contemplar, distinguir, recordar, encontrar, hallar y otros análogos.

  • Vi a mi suegra besándose con mi mejor amigo.
  • Encontraron al viejo leyendo historias a la gente del pueblo.
  • Escuché las gotas cayendo sobre la tapa del piano.
  • Recordé al ladrón levantando el puñal, pero de lo demás... nada.
  • Pudimos distinguir a la mujer corriendo entre los árboles.

Como en los demás casos cuando se emplea correctamente, aquí también el gerundio revela una acción o transformación de algún tipo. De ninguna manera debe constituir una cualidad,  como pronto veremos.

El segundo error garrafal: el gerundio como adjetivo

El otro problema que surge con frecuencia es el gerundio que se ha querido emplear con valor adjetivo, sea para modificar el sujeto o cualquier complemento, aunque lo más común es que se inserte en el complemento directo. Por eso es necesario repetir que los gerundios siempre denotan acción, transformación o cambio, nunca cualidades. (No obstante, véase la excepción en la sección "Cuatro últimas observaciones rápidas" en este apéndice). Veamos algunos ejemplos, demasiado comunes, del mal empleo del gerundio como adjetivo:

  • Se promulgó una ley aboliendo el comercio en la calle.
  • Me envío una carta informándome de la salud de mi madre.
  • Abrimos una caja conteniendo 100 libros y varias partituras.
  • Escribieron un artículo atacando al senador Domínguez.
  • El equipo ganando más partidos será campeón.

En cada uno de estos casos el gerundio quiere cumplir una función adjetiva, para lo cual no está facultado. Para evitar sencillamente este problema, se vuelve a plantear la proposición con una oración subordinada especificativa.


  • Se promulgó una ley que abolía el comercio en la calle.
  • Me envió una carta que me informó de la salud de mi madre.
  • Abrimos una caja que contenía 100 libros y varias partituras.
  • Escribieron un artículo que atacaba al senador Domínguez.
  • El equipo que gane [ganador de] más partidos será campeón.

Desde luego que pueden replantearse de otra manera, pero ésta es la más sencilla. Por ejemplo, en la segunda oración pudimos haber escrito: "La carta que envió me informó de la salud de mi madre", o "Recibí una carta en la cual me informó acerca de la salud de mi madre", etcétera.

En complementos circunstanciales

En todos los casos anteriores, la acción del gerundio está casada con la del verbo principal, es decir: con la del núcleo del predicado. No obstante, cuando el gerundio se emplea en los complementos circunstanciales, puede adquirir cierta vida independiente, como en los tres ejemplos siguientes con asterisco (*); en los otros dos casos, sigue existiendo una relación estrecha entre el sujeto, la acción del verbo principal y la del gerundio. Esto, en última instancia, no resulta tan importante como el hecho de que se puede emplear el gerundio en complementos circunstanciales prácticamente de cualquier tipo. Es importante recordar, sin embargo, que la relación entre la frase circunstancial y el resto de la oración debe estar perfectamente clara.

  • Estando los policías, no creo que nadie se atreva a tocarte. (Construcción absoluta: no se refiere ni al sujeto ni al complemento directo)
  • Habiendo visto las estrellas, dejaron de fijarse únicamente en las piedras del camino.  (Complemento circunstancial de tiempo)

  • Habiendo tantas mujeres. Edipo tuvo que enamorarse de su madre. (Complemento circunstancial concesivo)

  • Brindando y cantando, intentaron despertar a quien ya había muerto. (Complemento circunstancial de modo)

  • Dirigiendo tú, no creo que haya problemas con la orquesta. (Complemento circunstancial condicional)

Tercer error garrafal: usar el gerundio en lugar de un verbo conjugado cuando se trata de la segunda de dos oraciones coordinadas o de una oración subordinada.

Se recordará que es posible unir –coordinar- dos oraciones independientes para que coexistan en una sola proposición. O se puede subordinar una oración a otra que es independiente.
Podría escribir, por ejemplo: Gritaron una serie de improperios al dignatario, a pesar de que ignoraban la reacción que provocarían entre los guardaespaldas. Aquí, de hecho, hay  tres oraciones: una independiente y dos subordinadas. La independiente (Gritaron una serie de improperios al dignatario) se une a la primera subordinada (a pesar de que ignoraban la reacción) por la conjunción adversativa "aunque". Hay redactores que prefieren suprimir el verbo conjugado de la subordinada, y poner en su lugar un gerundio porque consideran que el verboide es más elegante, como en  estos ejemplos. Los últimos dos fueron tomados de la prensa  mexicana; el primero es el mencionado:

  • Gritaron una serie de improperios, ignorándose la reacción que provocarían en los guardaespaldas.

Al momento de disparar al frente del candidato, fui empujado por una de las personas que se encontraban en ese lugar, logrando efectuar dos disparos con el arma de  fuego que portaba, siendo detenido en esos momentos por unas personas vestidas de civil. (Declaración de Mario Aburto Martínez, asesino confeso de Luis Donaldo Colosio, tomada el 23 de marzo de 1994).

  • El 30% de la población se encuentra en la pobreza extrema, destacándose los estados de Guerrero, Oaxaca y Chiapas.

Aquí se ve que no se trata ni del gerundio como adjetivo, ni del gerundio que indica consecuencia o efecto. Simple y sencillamente los redactores optaron por gerundizar el segundo verbo conjugado de dos oraciones yuxtapuestas. Para que estos gerundios estén bien empleados, deben cumplir alguno de los  requisitos ya mencionados: tienen que regirse por el verbo principal, por ejemplo, lo cual no sucede, tienen que formar parte de un complemento circunstancial, lo cual tampoco sucede; tienen que fungir como adverbio, y aquí no lo hacen... La solución en estos casos es obvia y fácil: no hace falta sino reconocer que se trata de dos oraciones coordinadas o subordinadas y permitir que cada verbo sea conjugado.

Ejercicio

Vuelva a redactar los ejemplos anteriores con verbos conjugados en lugar de los  gerundios. Escriba otros ejemplos de este error. Busque en revistas y periódicos más ejemplos de errores de esta naturaleza. Distinga entre el error de las oraciones yuxtapuestas y el que ocurre con el gerundio que busca expresar consecuencia o efecto. Son muy parecidos, aunque no iguales.

Cuatro últimas observaciones rápidas

Sólo hay dos gerundios que sí pueden emplearse como adjetivos: ardiendo e hirviendo. Uno puede escribir tranquilamente que "Xavier se quemó con agua hirviendo",  y que "Se llevaron al niño ardiendo en fiebre".
Es, asimismo, lícito convertir los gerundios en diminutivos, aunque esto ya suena un poco anticuado: "Llegó resoplandito el mensajero." "Se fue leyendito encima de su caballo," "En llegandito mandó llamar a sus criados."
Hay gerundios que solemos encontrar únicamente en pies de foto o grabado, en títulos de obras diversas, descripciones y escritos análogos. No tienen verbo principal alguno a que puedan referirse. Se trata de casos excepcionales, aunque lícitos: "Marco Antonio discutiendo en el senado." Los peregrinos atravesando el desierto." "Neruda leyendo en Venezuela." Tal vez estas construcciones puedan entenderse como el complemento directo de un sujeto y núcleo de predicado "virtuales", cuando el verbo es de percepción: "Aquí vemos a Marco Antonio discutiendo en el senado." "Aquí vemos a los peregrinos atravesando el desierto," etcétera.
Por fin, también es posible anteponer la preposición en a un gerundio. De hecho, es la única preposición que puede asumir esta posición: "En llegando, me hablas para ver cómo está tu mamá." "En abriendo la carta que encontró sobre la mesa, se comunicó de inmediato con el abogado que había contratado para defenderlo."

PALABRAS BAÚL

Si la sinonimia constituye el mejor indicativo de la riqueza léxica de una lengua, el fenómeno de las palabras baúl supone el lastre más empobrecedor para el vocabulario. Bajo esta denominación se conocen aquellos términos cuyo contenido semántico es tan amplio y vago que sirven para nombrar casi todo; son intercambiables entre sí y pueden ser sustituidos por palabras con sentido preciso, según el contexto.  Algunos ejemplos:

Cosa:

  • Han comprado todas las cosas del pastel.
  • No hay cosa más típica que la paella.
  • La solidaridad es una cosa positiva.
  • Tomar drogas es una de las cosas más envilecedoras.
  • La cosa se complicó cada vez más

Claro:

  • Está claro que el negocio marcha mal.
  • El plan del grupo resultó claro para todos.
  • Cada vez me queda más claro que no le interesó el video.
  • Con esos lentes no se ve claro.
  • Fue claro con sus metas y las cumplió.

 

Grave:


  • La falta que cometió es bastante grave.
  • Resulta grave que, a tu edad, caigas en esas provocaciones.
  • De por sí, su situación escolar es grave.
  • Percibió el gesto grave de su progenitor.
  • Es grave que desperdicies el tiempo de esa manera.

Raro:

  • Esa forma de comportarse es rara en Javier.
  • Pudiera parecer raro, pero aún no se recupera.
  • La voz de Carmen sonó rara esta mañana.
  • El más raro de todo fue su desaparición de escena.
  • Esta historia está muy rara.

Elemento:

  • Claudio es el mejor elemento de la obra.
  • Profesores y estudiantes son los elementos más importantes en el aula.
  • Pocos elementos son tan indispensables como la electricidad.
El agua es un elemento vital.
  • Cada elemento del cuadro está en armonía con el resto.

Importante:

  • Lo más importante es que confíes en ti.
  • Es importante mantener limpio el instrumental médico.
  • El de hoy es un logro importante en su carrera.
  • Las personas más importantes para ella son sus padres.
  • Es un trabajo importante; ningún elemento lo habría hecho mejor. 

Especial:

  • El dueño es una persona especial.
  • Un aniversario como éste tiene que ser especial.
  • Efraín guarda recuerdos especiales de su infancia.
  • Las palabras del director dieron un toque especula al evento.
  • Tú has elegido un camino muy especial y difícil.

Algo:

  • Quiero decirte algo.
  • Quise comprarle algo, pero no supe qué.
  • El tablado tiene algo defectuoso.
  • Tamara se puso algo raro en el cabello.
  • Algo que no soporto es la mentira.

Esto, ésta, este, ése, éstos, éstas; cual, cual, que, quien (cuando no remiten a un contexto adecuado o compartido):

  •  Yo quería esa alfombra; esto no tiene remedio para ninguno de los dos.
  • No me gusta cómo atiendes a ése, lo cual no me explico.
  • El perro comió todo el alimento, quien estaba muy rico.

Haber:

  • Ese hombre tiene asma.
  • Tiene las fotos en su cajón
  • La empresa tiene momentos difíciles.
  • La función tuvo un éxito impresionante.
  • La parcela tiene mil metros cuadrados.

Hacer:

  • ¿Hiciste la comida?
  • La santa hizo grandes milagros.
  • Hicieron a pie el resto del camino.
  • Su amigo le hizo múltiples favores.
  • Ayer hizo dieciocho años conmigo.
Poner:

  • No se sabe poner la corbata.
  • No puso su nombre en la banca correcta.
  • Le pusieron vendas en la herida.
  • Hay que poner un anuncio en el periódico.
  • Nadie quiere poner dinero para el proyecto.

Coger:

  • Cogimos el camión ya cuando volvíamos.
  • Coge bien los paquetes, que son muy frágiles.
  • No pude coger el vuelo contratado.
  • Abrígate bien, no vayas a coger un resfriado.
  • Cogió el sombrero y lo arrojó por los aires.

Dar:

  • Hace años, le dieron la Orden al Mérito Universitario.
  • El profesor dio una conferencia magistral.
  • Ya me dieron las llaves del departamento
  • La agresión se dio cuando los jóvenes llegaron a la fiesta.
  • El desempleo se da con más frecuencia en el campo.

Aparecer:

  • El sol aparece opacando siempre a las estrellas.
  • Los síntomas de la enfermedad aparecen poco a poco.
  • La idea apareció en su mente de improviso.
  • Hoy apareció una mariposa en mi habitación.
  • Las sorpresas aparecen cuando menos lo esperas.
Fuente


retorica.com Recuperado el 26 de mayo de 2012 en http://www.retoricas.com/2012/02/vicios-del-lenguaje.html